Hola a tod@s;
Hace unos días tuvimos que operar a mi padre de cataratas en el hospital de Cruces, la verdad, yo había hablado en diversas ocasiones de lo mal que esta Osakidetza y que esta crisis que nos afecta, está pasando factura también a la sanidad.
Desde estas líneas quiero agradecer a los profesionales sanitarios de cruces, por el trato que recibió mi padre y por la compresión de todos ellos, ante una persona de cierta edad (casi 90) y sus problemas de oído. Darles las gracias por la paciencia y mimo con que lo trataron.
No puedo decir lo mismo de aquellos que son responsables del personal e instalaciones de la URPA, servicio por el que se vela por la seguridad del paciente postoperado. Comprobé, que es un servicio masificado, donde los pacientes afinados en camas esperan para ser trasladados a una habitación o ir a sus domicilios.
Me indigno la poca discreción que se tenía con los pacientes, mezclados hombres con mujeres y sin ninguna cortina que los separara entre ellos, ni entre la puerta que comunicaba con el pasillo y que casi constantemente estaba abierta. Me indigno, el minúsculo espacio que tenían los enfermos que no necesitaban de camas para recuperarse y lo hacían sentados en cuatro asientos mal puestos.
Pero lo que más me indigno, fue el habitáculo en el que se tenían que vestirse los enfermos, que ni tan siquiera tenía una triste silla para poder sentarse. Me indigno tanto,que hice una foto del trastero que los responsables del servicio URPA llaman vestidor.
Es cierto que hay crisis, pero, ¿que es lo que pasa en Osakidetza?. ¿Hay que cercenar y masificar tanto que incluso en un servicio como este, hay que recortar en profesionales e instalaciones en decrimento del paciente?. Lo cierto es que cada vez hay más voces críticas con la gestión de la Sanidad Vasca. Uno mira atras en el tiempo y se pregunta ¿Donde han quedado aquellos tiempos en los que Osakidetza era la envidia de las demás sanidades estatales?.
Saludos.
Cada cual cuenta su viaje según le va. Ni quito ni pongo coma al comentario de Miguel Ángel. Entiendo perfectamente que, aunque Osakidetza y en particular el Hospital de Cruces, sufren los eternos problemas de masificación, no es menos cierto que en el País Vasco somos unos privilegiados al poder contar con este servicio. Luces y sombras las hay en todas partes; es inevitable. Podría añadir anécdotas y poner cientos de ejemplos positivos, pero serís largo. Me limitaré a decir que tengo experiencias de otros servicios sanitarios, en el Estado y fuera. Me quedo con Osakidetza, sus pocos fallos y sus muchos aciertos. ESKERRIK ASKO/MUCHAS GRACIAS siempre...
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